viernes, 23 de febrero de 2007

Del hombre y de como no funciona


Entre las sabanas moviò su pierna y ya no estaba ahì.
Se sentò sobre la orilla de la cama y abriò lo ojos que no veìan. Se parò y de paso apagò el despertador que no alcanzò a sonar a las 7.30am.
Y luego la ducha y el tiempo y la noche y la repeticion.
Veo llover. La lluvia no repara en los que cae: les arruina el dia, les lava la cara, les moja los zapatos nuevos, corre el barro de un arriba a un abajo.
Y nada. nadie se queja.
Y sigue caminando, porque no le queda otra, porque la lluvia...
En la television no hay imagen ni sonido, no para el alguien que no es nadie y que no existe.
No para el que no merece respeto y ni siquiera odio.
En la casa de al lado hay ruidos y aca no. Las palabras se estrellan y se enredan y se desenredan y golpean contra la pared; pero nunca pasan al otro lado del patio.
Nunca los niños escuchan al vecino de al lado, que no sabe, o no quiere saber, usar su voz. Le sale un sonido ronco, como de espera, como de pantano y ni un mosquito.
El sol molesta en la cara que olvidò su reflejo en el ascensor.
El tipo no tiene arruga ni rencores. No existe para èl el pasado ni el lado de la vida que dejo del otro lado de la cama.
cuanto hay de cierto entonces de que en realidad existe?
existe porque hay dolor.
Todo lo que duele, existe.
Y por ese dolor que lo aqueja, que empieza en el pecho que se abre paso al brazo izquierdo, va al Dr.
Mientras camina intenta oler a la mujer que pasa a su lado. Ella no se asusta, no se fija, no-nada. y èl no la huele.
Camina
Y, sobre la receta que tiene en la mano despues de la consulta, cuelga la cara del tipo. sorprendido.
Pues no es mas que un medicamento que no existe,
para los organos que no son usados
para reparar en èl
aquella parte del hombre que no es otra cosa que fisiologia;
la fisiologia de un cuerpo en desuso

martes, 20 de febrero de 2007

LOS FINALES 2

"...y que puede llegar un dia, en que la peste, para desgracia y enseñanza de los hombres, despierte a sus ratas y las mande a morir en una ciudad dichosa" (camus)
"se encajó la pistola en la correa y salió" (saramago)
"Entonces un ciego preguntó, Has oido algo, Tres tiros, respondió el otro, Pero había un perro dando aullidos, Ya se ha callado, habrá sido el 3er tiro, Menos mal, detesto oír los perros aullando" (saramago)
"y para ellos fue como una confirmación de sus nuevos sueños y sanas intenciones cuando, al final del viaje, la hija fué la 1era en levantarse y en estirar su joven figura" (Kafka)
"Cuando llegó el tren viemos sin ninguna sorpresa la tercer ventanilla vacía, ymientras nos sonreíamos entre aliviadas y furiosas, imaginamos a Ariel del otro lado del coche, quieto en su asiento, mirando hacia el rio con sus ojos grises."(Cortazar)
"el mundo nada puede contra un hombre que canta en la miseria" (sabato)

LOS FINALES

De los cuentos y los libros del mundo me facinan dos cosas: la primera y la última frase. Esto, quieralo ud o no, descarta o pone a prueba un cuento. he aqui algo como esto:
"Jesús muere, muere y ya va dejando la vida, cdo de pronto el el cielo se abre de par en par por encima de su cabeza y Dios aparece, vestido como estuvo en la barca y su voz resuena por toda la tierra diciendo, Tu eres mi Hijo muy amado, en ti pongo toda mi colplacencia. Entonces comprendió Jesús que vino traido al engaño como me lleva un cordero al sacrificio, que su vida fue trazada desde el ppio de los principios para morir así, y, trayéndole la memoria el rio de sangre y de sufrimiento que de su lado nacerá e inundará toda la tierra, clamó al cielo abierto donde Dios sonreía, Hombres, perdonadle, porque él no sabe lo que hizo. Luego se fue muriendo en medio de un sueño, estaba en Nazaret y oía que su padre le decía, encogiendose de hombros y sonriendo tbn, Ni yo puedo hacerte todas las preguntas, ni tu puedes darme todas las repuestas. Aún había en él un rastro de vida cdo sintió que una esponja empapada de agua y vinagre lo rozaba los labios, y entonces, mirando hacia abajo, reparó en un hombre que se alejaba con un cubo y una caña al hombro.Ya no llegó a ver, colocado en el suelo, el cuenco negro sobre el que su sangre goteaba."
que por su puesto es el final de una novela (que no dire nada mas te digo) autoría deducible por las aposiciones.

LAS COSAS

LAS COSAS.
de Borges...

El bastón, las monedas, el llavero
La dócil cerradura, las tardías
notas que no leerán las pocos dias
que me quedan, los naipes y el tablero,
Un libro y en sus páginas la ajada
Violeta, monumento de una tarde
Sin duda inolvidable y ya olvidado,
El rojo espejo occidental en que arde
Una ilusoria aurora. ¡Cuantas cosas,
Limas, umbrales, atlas, copas, clavos,
Nos sirven como tácitos esclavos,
Ciegas y extrañamente sigilosas!
Durararan mas allá de nuestro olvido;
no sabran nunca que nos hemos ido.

a veces me pongo triste cdo pienso en una persona a la que llamo viejo. que tristeza esa que me abunda, no por los olores ni las ocasionales incontinencias, sino por lo corta que se ha hecho su vista y lo lejos que ven. a ver si me explico: eso de vivir (¿morir?) sacandole lustre a las cosas, pequeñas "el bastón, las monedas, el llavero" y a la memoria que también lo es. Y nosotros acá, mas allá o mas acá de la juventud, pensando que somos aquello que queremos ser: teniendo nuestro sentido de trascendencia en el cuarto, al resguardo del clima, como una cara guitarra.
es por eso que va el blog
puro sentido de trascendencia (o de fama, quien sabe)

El Peluquero

Esto trata de un hombre que ama y corta el pelo a una sola mujer y que muere de angustia frente a su ausencia.
El hombre –peluquero él- que ama y corta el pelo a una mujer de largos cabellos finos se muere de angustia –se suicida- aplicando un corte certero.
El hombre aplica un corte certero ya no debajo de los hombros de esta hermosa mujer morocha de largos cabellos finos.
La mujer hemosa tiene ojos invisibles y el resto de su facie no importa.
La mujer hermosa se ausenta por meses y siempre vuelve (como los latidos).
El hombre, de tez palida, espera mirando la puerta con los ojos vacios mientras pasan los cortes. Rememora quizas –el escritor no lo sabe- las escenas pasadas (aquellas, las que tienen importancia) en las cuales la hermosa mujer conversa con el peluquero que está feliz y hablan del libro de Cortazar, del precio de los autos, del mar y la oficina. Esto es cierto o el hombre lo imagina: a veces solo se ve en silencio mirando su reflejo que mira el reflejo de la mujer hermosa.
El hombre palido muestra su mirada a cada rostro que pasa por la puerta y no es aquella mujer que vuelve casi con las estaciones.
La mujer tiene otra vida fuera de la pueluqueria: debe tener una casa ademas del auto azul con el que siempre llega; quizas tenga tbn una pareja, tal vez un hijo.
El hombre, con sus ojos sin nada, con su nariz señalando a la puerta, espera su cita. Se abre la puerta y no es ella y él mira otra vez el reloj que cuelga por encima del espejo y verifica la hora con su reloj pulsera. Allá, del otro lado de la puerta y su perciana celeste, está la calle. Y detrás de la calle las casas. Y detrás de las casas un pájaro que come. Pero nunca ella.
Ella está en otra parte y decidió por fin olvidarse de la hora. Ella sabe –él no- loque está haciendo.
Hace 15 segundos el hombre mira con desamparo su mano, su tijera. La cita era ya hace 20 minutos.
El hombre de ojos vacios, de tez pálida, de boca ahusada no ve temblar su mano. No existe el reloj ahora, la puerta ni la música de fondo. Existe solo la tijera con la que corta los negros cabellos finos de la única mujer a la que corta y ama sincronicamente.
El hombre muere –se suicida- con un corte certero bajo la oreja, a un lado del cuello, sobre la piel que se tiende sobre la yugular.
La sangre brota rutilante, armoniosa con los latidos de su corazon que se va muriendo y deja de resonar sordamente en su pecho conforme solo queda el eco. Y el sonido en el pavimento; allí, fuera del cuarto, acusa el motor de un auto azul que ahora se detiene –tarde, porque deberia haberse detenido 22 minutos antes-.