Que cada uno se turne con el otro para ir una vez a tu casa, una
vez a la mía, una a la tuya una a la mía;
que el que viene traiga las
tortitas/galletas;
que antes de empezar preguntemos como estas y
cerciorarnos de que todos estamos de ánimo par a empezar con esto;
que si
quedò algo del otro
día para sacarnos las dudas;
el preguntar ¿desayunaste?;
el leer el tema
y mientras tanto cebar el mate el uno al otro
alternativamente, haciendo
notar que el mate esta servido para que tu compañero
no se cuelgue y se lo
termine tomando frío;
el hecho de sacar la pedagogía o
las ganas de
buscar la información que tu compañero no entiende;
el ir
repasando
mientras el otro cocina;
darse aguante en la siesta;
reírse de
la
nada ya al anochecer, cuando has leído todo el día;
calmar y ser calmado
en algún ataque de histeria;
el recomendar mnemotecnias;
ponerse
contento cuando el otro aprueba bien el examen sin importar el tuyo.
Todo
esto, que forma parte del folclore estudiantil, lo perderemos algún día; y
yo ya
lo estoy extrañando andà-a-saber-por-qué.
Algún andinista me dijo
que: "los
amigos del llano se pierden a los 5000 metros de altura, los
amigos de los 5000
metros nunca se pierden en el llano"
.espero.
domingo, 6 de julio de 2008
el folclore que extrañare (mos)
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