lunes, 4 de agosto de 2008

las pocas palabras del final

frotándose la cara con el agua ensangrentada lamentaba no haber tenido el valor de dejar sus ojos abiertos mientras le disparaba a Marcos por lo que le había hecho hace muchos cuentos: pero no sabe bien si le dolían los oídos, el dedo en el gatillo, la traición de Carina o la decisión de pegarse un tiro con una mujer dentro que le duele y le traspasa la retina todavìa.

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